Roman Kramer cree que su hijo Nino está involucrado en un crimen. El error se acaba aclarando, pero Kramer se siente responsable de Leonhard, un joven parecido a su hijo que ha robado a un traficante de armas. Leonhard se ve acorralado al estar en el punto de mira del criminal, que quiere resolver el problema a su manera: Sin la Policía. Sin testigos. Con la ayuda de Semir y Vicky, Kramer quiere evitar lo peor, pero el traficante de armas ya ha seguido el rastro…