Dos sacerdotes se encuentran en un asentamiento de mendigos repartiendo ropa y alimentos. De pronto aparece una redada policial antidisturbios y comienza a agredir violentamente a los mendigos. En mitad del revuelo un policía se acerca a los sacerdotes y les indica que se vayan. A ojos de uno de los sacerdotes el policía es un horrible demonio.