Pocos deportistas han tenido que soportar la presión que siempre acompañó a Andy Murray, convertido desde los 18 años en la gran esperanza del tenis británico. La de Andy es la historia de quien supo sobreponerse a esa presión ganando el torneo de Wimbledon. Además, es la historia de quien logró que su pueblo, Dunblane, pasara de ser un lugar asociado a una tragedia a ser conocido como el hogar de Andy Murray.