Green y Cassady buscan a un asesino en serie, Leon Vorgitch, quien recientemente escapó de prisión. Finalmente acorralan a Vorgitch en una escuela con una habitación llena de rehenes, y antes de entregarse a la policía, Vorgitch dispara a varios niños inocentes. Su falta de voluntad para aceptar un trato enfurece a McCoy, ya que le da más tiempo para escapar de la prisión nuevamente. Cuando el padre de una de sus víctimas se toma la justicia por su mano y acaba siendo utilizado como eslogan de campaña de un político local, McCoy y Rubirosa intentan convencer a Robert Purcell de que no se deje convertir en el chivo expiatorio de una plataforma política.