Jaime, en compañía de su hermano menor y sus abuelos, regresa a la cabaña donde veraneaba, a cinco años de un fatídico accidente del que fue protagonista y lo traumizó severamente. Matías -su mejor amigo de la infancia- murió atropellado por un tren y él no pudo salvarlo, por lo que se siente culpable. Jaime recibe el apoyo de su abuelo para sacarlo de la tristeza que lo embarga, pero él se hunde en sus pensamientos para tratar de reconciliarse con su pasado. Esta soledad que lo aísla, le impide ver que la historia de Matías puede volver a repetirse y tomar a su hermano Gustavo como víctima. Quizás la ayuda proveniente del otro mundo, hará que recapacite a tiempo.