Tras un atentado en el pueblo, los patriotas fortalecen las defensas y establecen un toque de queda. Poco después Rachel se encuentra con el doctor Calvin Horn que afirma que fue él quien puso precio a su cabeza para lograr localizarla ya que necesita su ayuda con los nanoides ya que quiere controlarlos y programarlos. Sabe que los nanoides absorben electricidad y quiere descubrir si se pueden modificar para liberarla. Rachel se da cuenta del peligro que corre Aaron y trata de avisarle.