Bert Gordon ha creado una organización criminal capaz de eliminar a cualquiera, en cualquier lugar y sin que se encuentre ningún cuerpo. Gordon nunca pudo ser atrapado por medios convencionales de investigación y enjuiciamiento, por eso Phelps diseña un elaborado plan para aprovecharse de sus supersticiones. Phelps y Cinnamon se hacen pasar por una pareja que se lleva muy mal, por lo cual la esposa está ansiosa por emplear los servicios de Gordon. Por su parte, el resto del equipo está muy ocupado simulando que los muertos intentan comunicarse con el mundo de los vivos. El objetivo es manipular a Gordon en un arreglo donde ni siquiera él pueda escapar de la ley.