Tras pelear con su polola por su fanatismo por la luna, Pablo sale de su casa a pasear, en una aparente tranquila noche. Sin embargo, es atacado por una extraña criatura que lo deja inconsciente. Horas después despierta en su cama y encuentra una profunda mordida, al lado izquierdo de su cuello. Esta marca condena a Pablo a un cruel sufrimiento de la cual se vuelve preso, incapaz de entender lo que le está pasando: sus ojos no tienen el mismo color; sus colmillos han crecido; tiene lagunas mentales. ¿Acaso se está convirtiendo en un licántropo?